Capítulo 1087
El auto dio varias vueltas en la pendiente antes de detenerse.
Pedro pateó la puerta del auto y salió. Aquellos hombres también estaban gravemente heridos y no continuaron persiguiéndolo.
Miró a lo lejos, donde todos los vehículos se retiraban.
Se agachó con la intención de sacar a Isidro, pero la mano que tomó no era la de Isidro, sino la de esa mujer.
Arrugó la frente y, arrancando un trozo de tela de su ropa, lo colocó sobre la muñeca de la mujer antes de sacarla. Luego, tiró la tela al suelo.
Al ver este gesto, la mujer sintió un destello en sus ojos, y sus dedos, que colgaban a un lado, no pudieron evitar encogerse un poco.
Pedro se agachó de nuevo y finalmente logró sacar a Isidro.
Isidro estaba bien, al igual que el auto de Alberto. Sin embargo, otros habían resultado heridos.
Pedro tocó el arma que llevaba; su tono era tranquilo.
—He contactado con mis hombres, están en camino, deberían llegar en unos quince minutos. Mantengan la vigilancia de los alrededores.
El brazo de Pedro

คลิกเพื่อคัดลอกลิงก์
ดาวน์โหลดแอป Webfic เพื่อปลดล็อกเนื้อหาที่น่าสนใจเพิ่มเติม
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ