Capítulo 1115

En realidad, hubo muchos detalles intermedios. El verdadero Pedro sonreía con una ternura inmensa; cada vez que deliberadamente lo hacía balbucear unas cuantas palabras más, se alegraba profundamente. Sin embargo, tras esa alegría siempre regresaba la melancolía. A su parecer, él había arruinado la vida de su hermano. Tal vez, si no hubiesen sido gemelos, todo habría sido mejor. —Yo vivo bajo la identidad de mi hermano. Nadie sospecha nada, ni siquiera las personas que crecieron con él. Aborrezco la existencia de Ignacio: siempre lo arruinaba todo, siempre había alguien que moría por su culpa. Tal vez las personas destinadas a la soledad realmente lo estén. Él debería desaparecer, pero no lo hace por más que tome medicinas. Siempre grita que quiere salir a verte, que quiere pedirte perdón. Yo lo reprimía, y lo hice tanto que luego ya no sabía quién era Ignacio; mi mente se volvió un caos, llegué a creer que era otra persona. En los momentos de mayor confusión mental incluso llegué a pe