Capítulo 283
Al darse cuenta de que había hecho una pregunta inapropiada, se inclinó rápidamente y lo besó en los labios.
Pero él giró la cabeza y, con un tono melancólico, preguntó: —¿Te acordaste de algo?
—No, ahora mismo solo estás tú en mi cabeza.
—¿De verdad?
—Sí, sí, de verdad.
El hombre, evidentemente complacido por sus palabras, curvó levemente los labios y, finalmente, volvió la cabeza para dejarse besar.
Lorena soltó un suspiro de alivio, pero él volvió a hacerle el amor mientras la tenía sujeta.
Después, agotada, se quedó dormida en sus brazos.
Durmió profundamente, sumida en una densa niebla, y pronto empezó a soñar. En su sueño apareció una figura borrosa, alguien que la llamaba con ternura: Lori.
La voz era cálida, como una suave brisa primaveral.
Ella fruncía el ceño, incómoda incluso dentro del sueño. En su mente se cruzaban las palabras que había escrito en su cuaderno: "No confíes en Pedro."
Pedro...
Sentía como si su cuerpo ardiera en un mar de fuego, y unas manos suaves le limpi

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