Capítulo 309

Juan se puso tan rojo de la ira que hasta el rostro se le encendió. —¡Tú! Pero no supo cómo replicar; apretó los labios, sin querer causarle problemas a Lorena, y solo pudo ponerse delante de ella, adoptando una actitud protectora. —Lorena, vámonos. Todas sus cosas ya estaban empacadas. En aquel entonces, los 120 millones de dólares con los que se compró el terreno los puso Daniel de su propio bolsillo, vaciando así todo el flujo de caja, así que ahora el dinero de la venta, naturalmente, había ingresado en la cuenta de Juan. Aunque tenía dinero, sentía un vacío en el corazón. Al subir al auto con Lorena, seguía sintiéndose algo perdido. —Lorena, te voy a transferir todo este dinero. En adelante, no volveremos a la empresa; tal vez tenga que volver a estudiar, y tú tampoco pienses en buscar trabajo. Este dinero, mientras no lo malgastes, te alcanzará para vivir bien toda la vida. Trescientos millones de dólares, y ni un solo centavo quería quedarse; todo era para Lorena. Lorena, en ese