Capítulo 317

Yago regresó a casa completamente aturdido. Aún no había entrado por la puerta cuando ya escuchó el llanto de Regina. —¿¡Qué es lo que quieres de mí!? ¿¡Hasta cuándo va a seguir torturándome!? ¡Ya no aguanto más, voy a enfrentarla! En ese tiempo, Regina ya tenía los nervios completamente destrozados; cada vez que cerraba los ojos, solo podía ver las burlas de los demás. Héctor estaba con Paula, y todos se burlaban de Regina. Héctor no soportaba sus ataques de locura en casa, así que no había regresado. Regina quería ir a quejarse con Don Iván, pero después de tantas visitas, en la vieja Mansión también empezaron a negarle la entrada. Solo le quedaba quedarse en casa, peleando todos los días con Paula, gritándose como dos locas. Yago, empapado de agua, justo al entrar al salón fue alcanzado por un cenicero lanzado por Regina. Ni siquiera sintió dolor; retrocedió varios pasos, mirando aturdido cómo la sangre caía al suelo. Regina se asustó y enseguida fue hacia él rápidamente.—Yago, ¿est