Capítulo 439
Él se agachó para mirar detenidamente, y ahora sí estaba completamente seguro: esa era la letra de Daniel.
Juan siempre había sido el consentido de la familia Flores, y fue Daniel quien le enseñó a escribir desde pequeño, así que la reconoció de inmediato.
Empujó la nieve acumulada junto a la lápida y le preguntó a Bruno, que estaba detrás de él.
—Don Bruno, esto no debería ser un familiar suyo, ¿verdad? ¿Es un familiar mío? Pero, ¿por qué Daniel nunca me contó que teníamos algún pariente enterrado aquí?
En la cara de Bruno apareció una expresión de vacilación y desvió el tema. —Juan, vámonos, dentro de poco va a nevar otra vez y el camino de subida será aún más difícil.
Pero Juan seguía intrigado y quería examinar más de cerca aquellas letras pequeñas; sin embargo, Bruno lo tomó de la mano y lo apartó de allí.
—Ya, deja de mirar, si Daniel nunca te contó nada, entonces no debe de ser alguien importante. Vámonos.
Juan, aún con dudas, se puso de pie y lo siguió.
La nieve de verdad estab

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