Capítulo 458

Ella lo persiguió durante cinco años, y ahora le decía que todo había sido una farsa. Él no podía superarlo. Odiaba a Lorena, pero tampoco podía engañarse respecto a los sentimientos que surgían en lo más profundo de su corazón. Sin darse cuenta, también la amaba. La amaba más que a nadie. Patricia seguía parloteando a su lado, pero Yago se frotaba la muñeca sin prestarle atención. Solo pensaba en que, si algún día Lorena se quedaba completamente sola, sin nadie a su alrededor, con su carrera destruida, sin amigos, si incluso Juan se marchaba y ese supuesto novio misterioso resultaba ser aún menos confiable, ¿acaso entonces ella debería intentar apoyarse en él? Solo destruyendo todo lo que ella tenía, lograría que se quedara a su lado. Patricia llegó a la antigua casa de la familia Guzmán con todo preparado. Iván estaba sentado en el sofá del salón, con el mayordomo de pie junto a él, en una atmósfera solemne. —Patricia, ¿sabes por qué te he llamado hoy? Los ojos de Patricia brillaron