Capítulo 464

Juan de repente hundió la cabeza sobre el volante, y habló con un tono algo sarcástico. —Lorena, ¿de verdad piensas que Sara es una persona tan egoísta que no merece que haga nada por ella? Ella guardó silencio. Aunque pudiera reconocerse algún punto positivo en Sara, eso no quitaba que efectivamente fuera egoísta. Juan parecía cansado; sus labios se curvaron levemente en una sonrisa amarga. —Olvídalo, baja del auto. Lorena solo sintió una profunda tristeza y, por un momento, no tuvo ganas de seguir discutiendo, así que abrió la puerta y bajó directamente del auto. Juan había dicho que abajo la esperaba alguien, pero ella caminó en la oscuridad varios cientos de metros sin encontrarse con nadie; lo único que oyó fueron pasos a sus espaldas. Se dio la vuelta y vio a Juan. Él la seguía en silencio, aunque a cierta distancia. Aquella escena le recordaba el día en que él desapareció bajo la nieve y ella salió a buscarlo; ambos tercos, ninguno dispuesto a dar el primer paso hacia el otro. L