Capítulo 556

Pero las comisuras de los labios de Lorena se curvaron, porque ella necesitaba una oportunidad para salir. —Sí, Doña Claudia, no se preocupe, puedo divorciarme en cualquier momento. Ella fue demasiado cooperativa; Claudia ni siquiera tuvo tiempo de amenazarla con varios métodos, y ella ya había mencionado el divorcio tan fácilmente. La atmósfera en la escena era muy sutil. Pensaron que esa visita requeriría bastante esfuerzo, pero no esperaban que Lorena actuara completamente fuera de lo común. Claudia arrugó la frente. —¿Estás dispuesta a dejarlo? —Doña Claudia, el señor Pedro se casó conmigo solo porque necesitaba un reemplazo; cualquier persona podría ser este reemplazo. Él no me quiere de verdad, yo tampoco lo quiero a él. Ambos tenemos a alguien que nos gusta. No existe la cuestión de si me cuesta o no dejarlo. Este matrimonio, hasta ahora, siempre me ha parecido irreal. La noche anterior, cuando Pedro volvió a casa, estaba tan angustiado, como si hubiera recibido algún golpe. Def