Capítulo 631
Esta casa no era más que una finca que él había comprado al azar, principalmente para que Titán y Ares pudieran a jugar; en realidad, no le parecía nada especial, pues antes había estado en lugares mucho mejores.
—Lorena, acabas de comer, ven conmigo a dar un paseo por aquí cerca, así ayudas a hacer la digestión.
—Vale.
Ella aceptó de inmediato, obediente, siguiéndolo de cerca.
Emilio, cuando estaba con la familia Hernández, aparte de cumplir misiones y matar, nunca había convivido realmente con otras personas; ahora, al ver a Lorena siguiéndolo, se sentía algo extraño.
Lorena caminó varios cientos de metros y pronto sintió dolor en la herida.
Emilio la llevó de regreso; ambos se sentaron en el enorme sofá del salón, y él sacó un mando de videojuegos y lo puso frente a ella.
—¿Sabes? Vamos a jugar, soy muy bueno en los videojuegos.
Ella miró el mando, luego lo miró a él y asintió.
Emilio se alegró muchísimo, curvó los labios y encendió la consola.
Estaban jugando a Super Mario, un jueg

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