Capítulo 643
Desde que Lorena fue encontrada y traída de vuelta, el sombrío y apagado Jardines de la Paz recuperó de inmediato su vitalidad; los sirvientes sentían que todo lo que hacían tenía ahora más sentido y energía.
Mientras el señor Pedro y la señora Guzmán no discutieran, la vida allí era sencillamente maravillosa.
César opinaba lo mismo e, incluso en el fondo, deseaba que este tiempo con Lorena pudiera durar un poco más.
Al menos los últimos dos días, el adicto al trabajo que era Pedro no había encendido ni un solo minuto la computadora, sino que se había volcado por completo en cuidar de Lorena.
Pedro peló otra uva y se la acercó.
Ella, absorta en el cómic, inclinó el cuerpo y, junto con la uva, metió también la yema de los dedos de Pedro en la boca.
Pedro tenía en la otra mano una uva sin pelar, pero en ese instante, sin querer, la apretó y la aplastó.
Lorena no se dio cuenta de ello, siguió leyendo el cómic varios minutos más y, al notar que él no reaccionaba, se volvió para mirarlo.
Lo

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