Capítulo 664

Pero antes de que terminara de hablar, sonaron los disparos. Mezclados con la lluvia que caía a raudales, ni siquiera sabía cuál sonido llegaba primero. En sus veinte años de vida, nunca había visto una escena así. Ni siquiera en la televisión. En menos de tres minutos, esos hombres feroces cayeron, sin siquiera poder soltar una palabra. Juan se quedó paralizado, pensando que estaba alucinando. Disparo tras disparo, todos en la cabeza, sin excepción. Se sentó lentamente, sin atreverse a parpadear. Entonces sintió que esa persona no podía ser su hermana. Pero aquella figura se acercó, delgada pero imponente como una montaña. Abrió la boca, y antes que su voz, llegaron las lágrimas. Dios mío... ¿Esa no era Lorena, sino la muerte misma? Se sonó varias veces la nariz antes de levantar la cabeza. —¿Lorena? Ella se agachó a su lado, y viendo su lamentable estado, hizo mala cara. Juan incluso se preparó para recibir una cachetada, pero esta tardó en llegar, y eso le resultó extraño. —Lorena,