Capítulo 694

Por supuesto que ella sabía cómo se había enamorado de Ignacio, y ahora parecía que estaba volviendo a recorrer ese viejo camino. Ella cerró los ojos, se escondió bajo las sábanas y no quiso salir. Percibió que la cama a su lado se hundía lentamente, y se tensó todo el cuerpo. La luz más brillante de la habitación se apagó, quedando sólo las dos lámparas junto a la cama. Él parecía estar de muy buen humor, la sacó a la fuerza, la abrazó contra su pecho, como si sostuviera un tesoro. Lorena cerró los ojos, tratando de ignorar esa incomodidad que sentía en el cuerpo. Con voz fingidamente tranquila preguntó: —¿La explosión fuera de la ciudad, fuiste tú? Él la abrazó con más fuerza. Lorena apretó los labios; aunque sabía lo que él sentía, si estaba relacionado con la muerte de Ignacio, ella también... Justo cuando sus pensamientos se desbordaban, él dijo en voz baja: —No fui yo. Lorena soltó un suspiro de alivio, su cuerpo estaba realmente pesado, incluso hacer algún movimiento le costaba,