Capítulo 869
Lorena terminó de beber y subió en el ascensor hacia el interior.
Benjamín quiso seguirla, pero la escuchó decir: —Tú aléjate un poco y observa el espectáculo.
Benjamín se fijó en sus ojos y descubrió en ellos un brillo ansioso, comprendiendo que lo hacía por diversión.
Asintió y, al salir del ascensor, se ocultó.
Lorena se llevó la mano a la frente, apoyándose en la pared, y estiró un poco más el vestido hacia abajo.
En la oscuridad comenzaron a resonar pasos, y no era solo una persona.
Miriam se ocultaba sigilosa tras aquellos hombres; al ver a Lorena apoyada contra la pared, dedujo que ya no podía más.
Quiso gritar triunfante, pero se contuvo por unos segundos, con los ojos encendidos de excitación.
—Acérquense y atiéndanla bien; en un rato traeré gente para presenciarlo. ¡Esta noche haré que su reputación quede por los suelos!
Aquellos hombres eran sus guardaespaldas. Desde que Lorena le había dado una cachetada, sabía que no podía enfrentarse sola a ella, así que ahora siempre lle

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