Capítulo 916
Benjamín guardó silencio y la siguió.
De regreso en el dormitorio, Lorena se revolvió una y otra vez sin poder conciliar el sueño, hasta que escuchó pasos en la habitación. Pedro se situó junto a la cama y preguntó: —¿Qué pasó?
—Cariño, ¿yo con Emilio y Benjamín... somos hermanos de sangre?
Pedro guardó silencio unos segundos y, siguiendo el borde de la cama, tomó su mano. —¿Ya lo sabes?
En ese preciso instante, Lorena comprendió que su conjetura era cierta.
Recordó las palabras que Benjamín acababa de pronunciar y sus labios temblaron varias veces. —Sí, solo lo sospechaba, porque la primera vez que Emilio me vio, me trató muy bien.
Se acurrucó sobre sí misma. —Pienso que nuestros padres biológicos debieron de haber pasado por algo muy doloroso en aquel entonces, pero ahora ni siquiera sé dónde están, ni qué fue lo que sucedió.
Pedro sostuvo su mano y, con tono tranquilizador, dijo: —Eso solo podrá investigarse en Norteamérica. Lori, no le des tantas vueltas, han pasado tantos años...

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