Capítulo 923
En el rostro de Eugenio apareció una leve sonrisa. —Dame el contacto de ese equipo médico que tienes ahora, hablaré con su líder. Si no resulta, dejaré que Rubén vaya personalmente.
Como presidente de la familia Castro, todavía contaba con cierta influencia.
Esther salió de la casa de los Castro y, una vez en el auto, vio que Rubén había hecho varias llamadas que ella no había contestado.
Se recostó en el respaldo. Su sueño siempre había sido llevarse a su madre lejos de Costadorada. Mientras su padre siguiera allí, su madre continuaría fuera de sí, solo queriendo arrodillarse ante ese hombre para que la mirara un instante, y por ello había sufrido toda la vida.
Esther lo había comprendido desde hacía mucho tiempo, por eso nunca mostró interés en tener una relación amorosa con ningún hombre.
Si no hubiera sido por la enfermedad de su madre, jamás se habría casado con Rubén, y mucho menos habrían llegado hasta este punto.
Pero ahora no había marcha atrás; no tenía escapatoria.
Una vez q

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