Capítulo 969
Lorena llevó a Benjamín hasta el auto, condujo ella misma de regreso a la casa del patriarca de la familia Guzmán y mandó a buscar a un médico.
Benjamín seguía desmayado y no articulaba palabra alguna.
El médico lo examinó de arriba abajo y no supo decir qué le ocurría.
Los ojos de Lorena se enrojecieron al instante, pero antes de que pudiera pronunciar nada, Mario irrumpió en la casa del patriarca acompañado de su gente.
—Lorena, ya sabemos lo que pasó con la familia Reyes; tú misma lo reconociste: te divorciaste de Pedro, por lo tanto, ya no perteneces a nuestra familia Guzmán. Ahora carga con tus estorbos y lárgate, o actuaremos.
Pedro e Isidro estaban fuera esa noche y aún no habían regresado.
Los más de veinte hombres que trajeron los tres ancianos estaban armados; todas las armas apuntaban a Lorena y a Benjamín.
Benjamín seguía inconsciente; si disparaban, no habría manera de salvarlo. Lorena tampoco se atrevía a actuar precipitadamente.
Ezequiel, que estaba a su lado, se levantó

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