Capítulo 1052

Samuel sonrió y dijo: —Cariño, ¿realmente deseas que vuelva a casa? Camila respondió con ternura: —Quiero dormir abrazada a ti. Al escuchar su voz mimosa, Samuel sintió que todo su cuerpo se ablandaba. Desde que Camila había quedado embarazada, las veces que habían hecho el amor se habían vuelto menos frecuentes, y ahora, con solo escucharla hablarle con dulzura, ya lograba provocarle una reacción. Samuel sostuvo el teléfono y dijo: —Cariño, yo también quiero dormir abrazado a ti y a nuestro bebé, pero esta noche hay un asunto urgente en la empresa, no puedo irme. Camila, algo decepcionada, respondió: —Está bien, pero procura descansar también. —De acuerdo. Los dos colgaron la llamada. Camila se quedó sola en la cama; sin Samuel en casa, la habitación parecía aún más vacía y fría. Sin embargo, no quería interrumpir su trabajo, así que posó la mano sobre su vientre abultado y murmuró: —Bebé, tu papá está ocupado con el trabajo. Vamos a dormir. El pequeño en su vientre le dio una patadit