Capítulo 133
Doña Isabel miró el nombre "Raíces del Placer" y, tras tomar un sorbo de café, preguntó curiosa: —Raquelita, ¿qué hacen aquí?
Raquel levantó una ceja y, con una sonrisa traviesa, respondió: —Los sabios no se enamoran, los adultos se hacen masajes de pies. ¡Abuela, Camila, las invito a un masaje de pies!
Las tres caminaron con paso firme hacia el interior, y la dueña del lugar salió inmediatamente a recibirlas con entusiasmo.
Raquel dijo: —Dueña, queremos tres masajistas masculinos. ¡Pónganos al mejor, el guapo y alto de aquí!
La dueña asintió y respondió: —¡Claro, tres distinguidas señoritas! Por aquí, por favor.
En Sabor y Vino, Alberto y Ana cenaban a la luz de las velas y al suave sonido del piano. En ese momento, el teléfono de Alberto vibró.
Era una llamada de casa Díaz.
Alberto descolgó el teléfono, y la voz agitada del mayordomo, Pablo, se oyó: —¡Aló, señor Alberto! ¡Malas noticias, ha ocurrido algo!
Alberto frunció el ceño. —¿Qué ha pasado?
—¡Señor Alberto, doñ

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