Capítulo 175
El rostro de Alberto, ya sombrío, se oscureció aún más al ver que ella luchaba con fuerza. Doblaba las rodillas y, con sus suaves y blancas rodillas, empujaba su cintura, intentando alejarlo. Su expresión era tan oscura que parecía que pudiera chorrear agua.
—¡Odalio, vi a alguien corriendo hacia aquí hace un momento!
Odalio ya había llegado con su gente.
Alberto conocía a Odalio, un hombre del bajo mundo, el segundo al mando, conocido por su brutalidad. Sus manos estaban manchadas de sangre. Había venido aquí a tener un romance clandestino, pero Raquel lo había sorprendido.
Odalio no dejaría que Raquel saliera de allí con vida.
En el mundo criminal existen reglas: los caminos del crimen y la ley no deben cruzarse. Alberto no quería que esto causara un escándalo aquí.
En ese momento, Odalio y sus guardaespaldas llegaron corriendo. —¡Odalio, son ellos!
Alberto miró hacia abajo y besó con fuerza los labios rojos de Raquel.
Raquel ya había escuchado que Odalio estaba cerca. Justo en ese

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