Capítulo 271
Raquel miró a Alberto.
Alberto la observó con frialdad y luego dirigió su mirada a Ana, diciendo suavemente: —Regresemos.
Lo dio por hecho.
Y lo hizo frente a Raquel.
Ana sonrió dulcemente, sabiendo que en ese momento, el corazón de Raquel debía estar lleno de celos y resentimiento. Debía estar sufriendo mucho.
¿Una campesina iletrada aún queriendo ser su rival?
Era un sueño.
—Está bien.
Ana rodeó con su brazo el de Alberto y se dio vuelta para irse.
Pero pronto, una voz clara y melodiosa de Raquel llegó desde atrás: —Alberto.
Raquel estaba llamando el nombre de Alberto.
Alberto se detuvo y se giró.
Ana sonrió. —Raquel, ya estamos divorciados, ¿todavía sigues pensando en Alberto? ¿Quieres intentar recuperarlo?
Raquel, con su cuerpo delicado, permaneció erguida en el corredor. No prestó atención a Ana. Sus ojos, transparentes y nítidos, se posaron sobre el rostro elegante de Alberto. Dijo:—Alberto, yo te amé con mi vida.
Alberto la miró.
Raquel, con una voz

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