Capítulo 334
En el yate, Carlos tenía la intención de regresar.
Sin embargo, en ese momento, una gran ola se levantó, y el agua fría salpicó la cara de Raquel.
Las largas pestañas de Raquel temblaron levemente, abrió los ojos y despertó.
Se incorporó y vio a Carlos. —Carlos, ¿dónde estamos?
Susurró.
Sentía un leve dolor en la parte posterior de la cabeza.
Carlos miró a Raquel. —Raquel, ¿estás despierta?
Raquel rápidamente se dio cuenta de algo. Miró el vasto e infinito mar, y sus ojos claros se volvieron fríos de repente. —Carlos, ¿por qué me trajiste al mar?
—Raquel, ¿qué estás pensando? ¿Crees que quiero hacerte daño? Déjame aclararte, fue mi cuñada quien me pidió que te trajera al mar. Aunque no te quiera, no haría algo tan cruel. Ahora te llevo de regreso.
¿De nuevo Ana?
Raquel no entendía por qué Ana estaba tan desequilibrada. Ella ya se había divorciado de Alberto, y Alberto la amaba a ella. ¿Qué más quería?
En ese momento, Raquel vio un dispositivo con un contador regresivo de puntos rojos.

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