Capítulo 484
Raquel quería levantarse, pero Alberto la presionó con fuerza hacia abajo y extendió la mano para rasgar el cuello de su camisa.
El sonido del desgarro resonó mientras el cuello de la camisa se rompía poco a poco; Raquel sintió un escalofrío en los hombros y exclamó aterrorizada.
En ese instante, Alberto se acercó más, se refugió como fiera en su cuello y comenzó a besarla con locura. —¿Por qué Luis puede y yo no? Raquel, ¿por qué me tratas de esa manera?
Ella debería ser quien hiciera esa crucial pregunta. ¿Por qué él la trataba de esa manera?
¿Acaso él podía estar con Ana y ella no podía estar con Luis? ¿Qué lógica es esa?
¿Con qué derecho se posicionaba al lado de Ana y al mismo tiempo irrumpía en su casa para atacarla?
¿Qué pensaba él que era ella?
Raquel como pudo luchó con todas sus fuerzas. —¡Alberto, ya suéltame! ¡No, me toques, déjame en paz!
Mientras Alberto enloquecido rasgaba su ropa, al mismo tiempo se desabrochaba su propio cinturón. —Raquel, quiero hacer el amor contigo.

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