Capítulo 65
Nadie respondió.
Alejandro aún estaba fuera despidiendo a los invitados. Con una sonrisa en el rostro, acompañó a los presidentes Fernando e Ignacio hasta el auto: —Presidente Fernando, presidente Ignacio, nuestra colaboración...
El presidente Fernando, al ver las heridas en el rostro de Alejandro, no pudo evitar sonreír: —Presidente Alejandro, tal vez debería ir a ver a un médico para que le atiendan la cara.
Los presidentes se subieron a sus lujosos autos y se fueron.
Alejandro regresó al salón con el rostro oscuro, caminó directamente hacia María: —¡María! ¿Esto es lo que has hecho? ¡Me has dejado con la cara arruinada!
Lo que más le costaba aceptar era a María. Ella aún no podía comprender cómo las cosas habían llegado a ese punto, cuando pensaba que todo estaba bajo control.
María, desesperada, sujetó la manga de la camisa de Alejandro: —Querido, déjame explicarte...
Alejandro la empujó bruscamente, tomó su chaqueta y salió: —¡Ya no quiero verte más!
Alejandro dejó la casa.
Marí

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