Capítulo 725

¿Se ha ido? ¿Sí se ha ido? Víctor caminó hacia la puerta de la habitación y extendió la mano para abrirla. Detrás de la puerta estaba de pie una mujer joven y bella. Al ver a Víctor, la mujer quedó pasmada y pronto se sonrojó. —Jefe Víctor. Víctor miró a la mujer. —¿Me conoces? —En todo Valle del Río, ¿quién no te conoce? Por supuesto que yo también te conozco, y muy bien aunque tú no me conozcas a mí. Esa mujer había sido enviada por Xyris; por supuesto sabía muy bien a qué había venido. Había venido para servir a un hombre. Un hombre relacionado con Xyris seguro no sería alguien común y corriente; como mínimo, debía ser rico y poderoso. Cuando la mujer llegó, ya estaba entusiasmada, pero al ver a Víctor, quedó atónita, estaba gratamente sorprendida. Jamás se habría imaginado que el hombre al que iba a servir esa noche sería Víctor. Víctor, por supuesto, comprendió con claridad la emoción y la expectativa en los ojos de la mujer. Sonrió con frialdad. —Entonces, comencemos aquí. ¿Aquí?