Capítulo 34
La actitud ambigua y enigmática de Álvaro no permitía descifrar lo que estaba pensando.
Incluso para la señora Alicia.
Ella continuó diciendo: —Julia sufre de depresión, eso lo sabes bien. Pase lo que pase, debes tener paciencia con ella, necesita cuidados y atención.
Dicho esto, la señora Alicia le devolvió su móvil: —Acabo de contestar una llamada por ti. Espero que no dejes cosas que no deberías dejar. Deshazte de lo innecesario, corta por lo sano. Lo pasado, podemos dejarlo atrás, es mejor para todos.
Álvaro tomó el móvil, frunció los labios inconscientemente, pero no dijo nada.
Entendió perfectamente lo que su madre quería decir.
...
Patricia pensaba que lo de Álvaro y Julia no le importaba, pero tras escuchar a la madre de Álvaro, se sintió completamente aturdida, como si hubiera perdido la sensibilidad.
El día que se encontró con la señora Alicia era una tarde soleada y brillante, con una suave brisa, en un elegante café. Patricia no tenía ánimos de beber nada; estaba

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