Capítulo 128
—¡Pues tampoco me lo preguntaste!
—¿Y si no te lo pregunto, no me dices nada?
—¡¿Cómo iba yo a sacar un tema así?!
...
El padre e hijo, con una diferencia de edad abismal, se miraban fijamente. Uno con ojos furiosos, el otro con mirada resignada.
Finalmente, Marco fue el primero en ceder: —Está bien, papá, tú ganas. ¡Eres mi padre, me equivoqué, ¿contento?!
—¡Hmph!
Pedro bufó con desdén y apartó la cara.
Sin embargo, su pecho comenzó a moverse de forma más rítmica.
El color volvió poco a poco a su rostro. Claramente, parecía haber soltado una carga que lo oprimía.
Pedro se giró entonces hacia Oscar.
Oscar, que se sujetaba con cuidado al borde de la cama, lo llamó con cautela: —Abuelo...
Pensó que Pedro, como había hecho con Marco, probablemente tendría algo importante que decirle. Tal vez incluso admitiría lo que Oscar había deseado escuchar desde hacía tiempo: Me equivoqué al presionarte tanto, obligándote a comprometerte con Ángeles. Quizás fue un error.
Pero

คลิกเพื่อคัดลอกลิงก์
ดาวน์โหลดแอป Webfic เพื่อปลดล็อกเนื้อหาที่น่าสนใจเพิ่มเติม
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ