Capítulo 174
Al levantarle la ropa, se observaban lesiones en la cintura y los muslos. Había sido golpeado por las rocas en el agua y, tras tanto tiempo sumergido, las heridas estaban hinchadas y blanquecinas, ofreciéndoles un aspecto aterrador.
Ángeles sabía que Vicente estaba herido, pero verlo con sus propios ojos le causó un impacto mucho más profundo del que esperaba.
¡Esas heridas deberían haber estado en su cuerpo, al menos en parte, o en su mayoría!
Ángeles le examinó las heridas a Vicente con el ceño fruncido, sin poder ocultar su preocupación. Sin dudar más, le quitó la ropa con rapidez.
El fuego de la pequeña hoguera apenas servía, incluso si lo avivaba más. Además, la cabaña era demasiado pequeña, y si aumentaba el fuego, corría el riesgo de prenderle fuego a todo.
Sin embargo, lo que Vicente necesitaba con urgencia ahora era calor.
Con los dientes apretados y el corazón firme, Ángeles se quitó su propia ropa y se acercó cuidadosamente para cubrirlo con su cuerpo.
Al principio, el frío

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