Capítulo 259
La conciencia de Ángeles empezó a regresar lentamente.
Lo primero fueron los sentidos, al percibir un cosquilleo en la cara, abrió los ojos con dificultad y vio a Oscar muy e cerca.
Él estaba a muy poca distancia de sus labios.
¡Ángeles le lanzó un puñetazo!
¡Le dio en la cara a Oscar!
Pero como aún no había recuperado su fuerza, Oscar, aunque recibió el golpe, no sintió mucho dolor.
Al contrario, fácilmente sujetó su mano.
—Ángeles, mi paciencia tiene un límite que ya estas alcanzado.
Oscar, con ojos oscuros y profundos, la miró fijamente y dijo, —No me importa si estás tratando de seducirme con trucos o en serio me odias, al final, la persona que deseo debe ser mía.
Ángeles se sintió abrumada por la ira, casi escupe sangre.
¡No había visto a alguien tan cínico y desvergonzado!
¿Ella en verdad tratando de seducirlo?
¿Ella debía ser suya?
Ángeles estalló en rabia, —¡Yo no soy tuya ni de nadie!
Oscar no se enojó, en cambio, se acercó de nuevo a Ángeles, sujetando otra vez la muñeca de l

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