Capítulo 266
El subordinado se retiró.
Pronto se escucharon pasos.
Marco entró cargando a Elena.
Elena había superado la fiebre, aunque todavía tosía un poco. Desde la mañana se había aferrado a Marco y no lo soltaba, por lo que no tuvo más remedio que llevársela consigo.
Ángeles acababa de terminar de comer y en ese momento se medicaba las manos.
Sus heridas habían sido tratadas la noche anterior con la misma crema cicatrizante que ella había vendido anteriormente a Vicente.
Dicha crema había sido desarrollada a partir de la receta encontrada en un antiguo compendio de medicina ya perdido muchos años atrás y tenía efectos casi milagrosos para sanar heridas.
En una sola noche, sus heridas ya habían cerrado y estaban sanano.
Con dos días más de tratamiento, quedarían completamente curadas sin cicatrices evidentes.
Ángeles, muy satisfecha con los resultados, se unto la crema y se bajó las mangas antes de volver la mirada hacia Marco.
Fue entonces cuando sus ojos se encontraron con los del delicado ni

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