Capítulo 381
Ángeles saltó sin pensarlo dos veces, decidida y sin la más mínima vacilación.
El conductor, Gael, se asustó tanto que pisó aterrado el freno a fondo, pero la velocidad era tan alta que el auto patinó más de doscientos metros antes de detenerse con gran dificultad.
Ángeles terminó cayendo en la maleza al costado de la carretera.
En el instante en que saltó del coche, la mente de Ángeles quedó completamente en blanco. Ni siquiera sabía lo que estaba haciendo; solo quería girarse y comprobar en ese momento cómo estaba Vicente.
Aunque en el momento de saltar intentó protegerse tanto como pudo, siguiendo la inercia y rodando por la maleza un buen tramo, las heridas no tardaron en aparecer.
Su rostro, sus manos y su cintura estaban llenos de ligeros cortes y raspones.
Pasó un buen rato antes de que Ángeles pudiera levantarse del suelo, sintiendo sus huesos como si se hubieran desarmado. Cada paso que daba dejaba una ligera huella de sangre mientras avanzaba hacia el lugar del ac

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