Capítulo 432
El hombre bajó instintivo la cabeza, tocándose con cuidado el hueso de su muñeca izquierda, donde había una serie de marcas de mordidas superficiales, como si se hubieran quemado a través de la carne hasta alcanzar el fondo de su alma.
...
Después de un día agitado, Ángeles, en el camino de regreso del hospital, recordó las muchas heridas de Vicente y se preguntó cómo estaría recuperándose y si aún tendría crema cicatrizante.
Pensando en ello, Ángeles regresó apresurada al hospital y guardó las últimas dos botellas de crema cicatrizante en su bolso, luego tomó un taxi directo a la Casona Azul de Vicente.
Al llegar a la puerta de la villa, Ángeles sintió un emotivo impulso.
La última vez, él realmente no había querido verla, y ahora aquí estaba de nuevo, sin saber si podría esta vez entrar o no.
Ángeles nerviosa se mordió los labios, pero decidió armarse de valor, levantó enérgica la mano para tocar el timbre, pero descubrió que el portón automático se abría lentamente, y entonces, un p

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