Capítulo 501
Después de echar a Braulio y Lorena, Ángeles dejó de prestar atención a su paradero.
Incluso sin averiguarlo, sabía que, por la naturaleza de esos dos sinvergüenzas, seguramente habían fingido retirarse, pero en realidad se habían ido a molestar a Paula.
Quizá era mejor así; las amenazas y advertencias eran muy efectivas contra Braulio y Lorena, y estaba segura de que la pareja no se atrevería fácilmente a causarle problemas de nuevo.
Ángeles comenzó a hojear libros sin descanso.
La información sobre la campana de cobre estaba dispersa; un libro contenía una parte, otro libro añadía otra. La pila de libros y documentos reunidos formaba ya una pequeña montaña.
Ángeles pasó dos días revisándolos, hasta acabar mareada, con los ojos irritados y llenos de venitas rojas.
Hugo no soportó verla así y se ofreció para ayudarle. Ángeles le entregó una docena de libros, pero al final él apenas había revisado tres cuando empezó a quejarse del dolor de ojos y escapó.
Realmente no era confiable.
Ánge

คลิกเพื่อคัดลอกลิงก์
ดาวน์โหลดแอป Webfic เพื่อปลดล็อกเนื้อหาที่น่าสนใจเพิ่มเติม
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ