Capítulo 383
Rosa encendió enseguida el motor, y el Rolls-Royce blanco salió lentamente del estacionamiento subterráneo.
—Señor Alfonso, estoy saliendo ahora mismo hacia el hospital para hablar con usted, ¿le parece bien?
Alfonso dudó por unos minutos, pero al final dijo: —Está bien, ven y hablemos.
Luisa añadió: —Le pido, por favor, que saque a las personas no relacionadas.
Con "personas no relacionadas" se refería claramente a Sofía y Carlos.
No quería interrupciones mientras hablaban del caso.
Alfonso respondió con voz grave: —Entendido así lo haré.
Veinte minutos después.
En el hospital.
Luisa entró en la habitación de Alfonso seguida por la diligente Rosa.
—Señor Alfonso.— Luisa lo saludó con una sonrisa radiante de oreja a oreja.
Pero Alfonso no tenía ánimos para sonreír.
Su empresa había quebrado, su familia estaba hecha un desastre, su salud se había deteriorado, y Sofía iba todos los días al hospital solo para discutir una y otra vez con él. Estaba harto. Le habían salido más canas y arrug

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