Capítulo 472
Al borde de la borda.
Luisa y Fabiola estaban apoyadas en la barandilla, sintiendo la brisa marina.
Fabiola alzó su copa de vino y brindó con Luisa.
El sonido claro del choque de las copas resonó en el aire.
El viento del mar les desordenó el cabello.
Fabiola bebió un sorbo de vino tinto; esa noche ya había bebido bastante y estaba ligeramente ebria.
La cara de Fabiola se había teñido de un leve rubor; le dio unas palmadas en el hombro a Luisa y dijo: —Luisita, realmente lamento lo que pasó durante el día. Esa carta mía fue marcada por Marcela, ella lo hizo a propósito. Yo no lo sabía, de verdad, no fue idea mía.
Luisa bebió un trago y respondió sonriendo: —Para ser honesta, en ese momento sí llegué a sospechar de ti por un instante. Pero hace un momento, cuando anunciaste eso en público, diste por completo fin a mis dudas. Te creo.
Fabiola sonrió. —Ya lo sabía.
La fiesta ya había terminado, y los invitados se habían retirado a sus habitaciones a descansar.
En ese momento, solo quedaba

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