Capítulo 158
El doctor Alberto, especializado en medicina interna, no sabía mucho sobre acupuntura. Observando los puntos donde Isabel insertaba las agujas, le parecían correctos, pero aún así albergaba ciertas dudas.
—¡Ay, me duele tanto! ¿Qué despertar? ¡Apuesto a que ella quería despertarme con agujas! —se quejaba la señora Carmen mientras se liberaba de Isabel y arrancaba las agujas de plata de sus manos.
Ana: —......
—No puedo más, doctor Alberto, por favor, écheme un vistazo. Me siento mareada y ansiosa, me duele todo el cuerpo. ¿Esta joven me va a matar con sus agujas? —se lamentó la señora Carmen con dolor.
Al escuchar sus palabras, el doctor Alberto disipó todas sus dudas sobre Isabel.
Lo más importante era salvar a la paciente.
Se soltó de Isabel y retiró rápidamente todas las agujas de plata del cuerpo de la señora Carmen.
Lo hizo tan rápido que Isabel tardó un momento en reaccionar, y ya era demasiado tarde para detenerlo.
—Ana, ¿crees que tu abuela estará bien? —Isabel le preguntó preo

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