Capítulo 9

Seguí luchando, tirando de mis manos y maldiciendo mientras Mark me llevaba al pasillo, justo al lado del baño de la sección masculina. Tropecé tras él, incapaz de seguir su ritmo con mis talones. Incluso en mi sueño más loco, no habría pensado que podría toparme con él aquí. Quiero decir, en nuestros tres años de desafortunado matrimonio, podría contar con los dedos de una mano el número de veces que lo había visto en otro lugar fuera de casa. Supuse que siempre estaba en el trabajo y recientemente llegué a la conclusión de que estaba en el trabajo o en algún hotel elegante follándose a mi hermana. "Mark, ¿qué te pasa?" Golpeé sus dedos alrededor de mi muñeca con mi mano libre, "Suelta mi mano". No dijo nada, simplemente siguió adelante, con la espalda rígida. Desde que le propuse el divorcio, parecía haberse convertido en un fantasma que salía a cazarme y perseguirme, apareciendo dondequiera que estuviera. Dejé escapar un gemido cuando él golpeó mi espalda contra una pared y me inmov