Capítulo 16
¡Esos comentarios punzaban los nervios de Gabriel como agujas, pero en ese momento no podía prestarles atención!
¡En sus ojos solo existía la cara helada de Amelia!
—¡No, Amelia! ¡Esa boda no cuenta! ¡Nunca la reconocí!
—Amelia... Me equivoqué. ¡De verdad, sé que estuve mal! No debí imponerte esas reglas. No debí desconfiar de ti. No debí ponerme del lado de Raquel. ¡Estoy arrepentido! Te lo suplico... Vuelve conmigo. ¡A partir de ahora no habrá más normas familiares! Puedes hacer lo que quieras, ir a donde quieras... Yo haré todo lo que tú digas. Solo te pido... Que no me dejes... No puedo vivir sin ti...
El otrora soberano de la orgullosa y altiva familia Delgado de Piedraplata, cumplidor de su palabra y dueño de una dignidad incuestionable, ahora, en un aeropuerto extranjero, bajo la mirada de tantas personas, se rebajaba hasta el polvo para suplicarle a una mujer que regresara con él.
Esa escena sacudió a todos los presentes.
Amelia se tensó por un instante.
Al ver sus ojos enrojec

คลิกเพื่อคัดลอกลิงก์
ดาวน์โหลดแอป Webfic เพื่อปลดล็อกเนื้อหาที่น่าสนใจเพิ่มเติม
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ
เปิดกล้องโทรศัพท์เพื่อสแกน หรือคัดลอกลิงก์แล้วเปิดในเบราว์เซอร์ของคุณ