Capítulo 21

Bajo la tortura de una búsqueda inútil tras otra y un remordimiento cada vez más intenso, Gabriel comenzó a obligarse a sí mismo a mantener la calma. No podía seguir chocando sin rumbo como una mosca atrapada. ¡Tenía que averiguar qué más había ocurrido en el pasado que él aún no sabía! ¡En especial, sobre aquella vez en que Amelia resultó herida en la sala de aislamiento! Una vez sembrada la semilla de la sospecha, esta empezó a crecer sin control. Comenzó a recurrir a métodos poco convencionales, investigando en secreto a los guardias que custodiaban la sala de aislamiento en aquel entonces, así como a las personas más cercanas a Raquel. Amenazas, sobornos, incluso métodos inconfesables... Bajo una presión enorme y un miedo paralizante, al final alguien no pudo resistir más. —Fue... Fue la señorita Raquel... Sobornó al guardia de turno... La noche del tercer día entró con otras personas... Ataron a la señorita Amelia... a la silla de descargas eléctricas... y la electrocutaron... var