Capítulo 126
A Viviana le dio un vuelco el corazón. Levantó la cabeza y miró los ojos sombríos de aquel hombre, sintiendo una opresión fuerte en el pecho.
"Presidente Giltstone, lo siento pero hoy invité a Vivianna para comer", intervino Xenophilius.
Vivianna levantó la cabeza y vio a Augustine, quien tenía una mirada nublada, pesada y aterradora, pero no supo qué decir en ese instante.
"Ven acá", volvió a ordenar él fríamente, como si estuviera hablando con una mascota.
Vivianna se preguntó a sí misma: "¿Por qué me está hablando de esa manera?"
En ese momento, Xenophilius también la miró de manera gentil y amenazante, y le preguntó: "¿Estás segura de que no quieres comer conmigo?"
Vivianna quería saber qué había pasado con su padre y por eso le contestó a Augustine apretando los dientes: "Lo siento, no puedo ir a comer contigo". Acto seguido, se volteó y caminó en la dirección que le había indicado Xenophilius.
Detrás se escuchó una voz fría que decía: "Vivianna, no pensaba que fueses una mujer si

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