Capítulo 229

Luego de que Vivianna pronunció aquellas palabras, su cara se puso completamente roja. Sin dudas, estaba tan avergonzada que no se atrevió a mirar a los ojos del hombre. Incluso aunque no lo estuviera viendo, sabía que él probablemente debería estar demasiado orgulloso de sí mismo, después de lo que ella le había confesado. En este momento, Augustine estiró sus cejas en forma de espada, con una sonrisa que se reflejaba en sus encantadores ojos. Aquella noche, los guardaespaldas aún no habían regresado, los médicos tampoco estaban allí. Solo había algunas enfermeras, y en la habitación, solo se encontraban ellos dos. "Acércate." Augustine ordenó a la mujer, que ni siquiera se atrevió a levantar la cabeza. ¡Vivianna era demasiado tímida! Al escuchar las palabras del hombre, levantó la cabeza y se topó con sus profundos ojos oscuros, que en ese momento reflejaban un destello de luz con el que ella no estaba familiarizada. De hecho, parecía una expresión de lujuria. "¡Qué... qué estás tra