Capítulo 269

Cuando Margaret llegó, él se sentó en el asiento del pasajero del maravilloso vehículo todoterreno y le lanzó una mirada. "Gracias. Te invitaré a comer". "De acuerdo", replicó Fletcher, sonriente. En el país C. Vivianna no deseaba ver a Augustine tan temprano, pero sabía que esta vez no tenía escapatoria. Esperaba que su hijo estuviera dormido cuando llegara. Augustine se encontraba hablando por teléfono y no la forzó. En ese momento ya eran las nueve de la noche. Los tres chicos estaban tan somnolientos que subieron a la cama de la tía Mei y se quedaron dormidos de inmediato. Vivianna le pidió a la tía Mei que durmiera con Zeph aquella noche porque ella tenía que salir a hacer algo y era probable que regresara muy tarde. La tía Mei aceptó, sonriente. "No te preocupes; puedes salir tranquilamente. Yo me encargaré de cuidar a Zeph", repuso. Vivianna se marchó de la casa en un automóvil más viejo. Aquella era la casa de la tía Mei, el hotel de Augustine, que era el hotel de siete estrel