Capítulo 282

Antes de que el avión aterrizase, Vivianna despertó primero; percatándose de que el pequeño todavía se encontraba profundamente dormido. Abrió los ojos y observó a Augustine, que seguía estudiando los documentos frente a él. Su corazón pues se tensó inmediatamente y le dolió. Levantándose, se sentó a su lado. Entonces, dijo: "Oye, para. ¡Aún tenemos dos horas para dormitar". Y es que, se podía apreciar un rastro de cansancio en el hermoso rostro de Augustine. De hecho, sus ojos oscuros y brillantes estaban inyectados en sangre. Vivianna entonces le quitó la información que tenía en la mano y le permitió apoyarse en su hombro con cara circunstancial. Cerró los ojos. A continuación, la fémina extendió la mano para sujetarle el hombro con suavidad y colocar su cabeza en sus brazos. Cogió inmediatamente una almohada delgada para que se tumbase en ésta. Augustine no abrió sus orbes hasta que se quedó completamente dormido. Así pues, la mujer bajó la vista y le contempló de arriba abajo. Est