Capítulo 126
¡Bang, bang, bang!
Mauricio desató una serie de ataques, como una tormenta violenta, todos dirigidos hacia Alejandro.
Alejandro, lejos de sentirse intimidado, parecía disfrutar de la situación; bajo el feroz asalto de Mauricio, su aura demoníaca se disipaba rápidamente, como la nieve bajo el sol.
—¡Huu... huuu... huuu!
Tras ejecutar una serie de movimientos de boxeo, Mauricio jadeaba fuertemente, y su cuerpo temblaba por el agotamiento.
Sin embargo, al observar a Alejandro, este se mostraba aún lleno de energía y vigor.
—Tú...
Mauricio estaba perplejo; nunca había visto a alguien tan resistente.
De todos los enemigos que había enfrentado, pocos lo habían obligado a desplegar tal arrebato de movimientos, y ninguno había resistido más de diez golpes.
Sin embargo, Alejandro había soportado setenta y dos golpes. Mauricio no podía ocultar su sorpresa.
Lo extraño era que Alejandro solo se defendía, sin lanzar ningún ataque.
Mauricio no comprendía la situación; era la primera vez que se enfre

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