Capítulo 120

Bueno, a pesar de un comienzo de día muy diferente y una preparación muy apresurada para el trabajo, no creo que haya dejado de sonreír en todo el día. A pesar del ligero retraso en prepararme para el trabajo, gracias a Fabián y sus “distracciones”, digamos, sorprendentemente llegué al trabajo con minutos de sobra, con la excusa de que me había quedado dormida y no había sonado la alarma. Pero valió la pena, porque me había hecho sentir muy querida. Muy bien conmigo misma. Me hizo sentir casi completa de nuevo de una manera que no creía posible, aunque nunca se lo admitiría. Parecía quererme por ser yo. Él me había visto en algunos de mis momentos más débiles, me había visto sin maquillaje, cuando mi cabello tenía su estado natural de rizos, y aun así me deseaba. Sabía que me gustaba leer... de hecho, en las muchas noches que nos sentábamos en el salón a ver la televisión, hablábamos de mis estudios, de los libros que me gustaban, y nunca me juzgó ni hizo un comentario negativo. Me veí