Capítulo 106
Mabel estaba aturdida.
Después de un rato, reprimió la emoción que estaba a punto de estallar. "¡No es necesario! Quiero dormir un rato. No te despediré".
Jayden abrió la puerta y salió.
No se fue inmediatamente, sino que se giró para mirar la puerta bien cerrada, con la nuez de Adán subiendo y bajando.
Sin darse cuenta recordó el momento en que tocó sus labios.
Suave, dulce...
Estaba lleno del aroma de menta...
La sensación del beso en realidad era similar a la sensación de la niña de hace cinco años.
¿Eran así los labios de todas las mujeres o sólo los de ella?
Se lamió los labios suavemente y había una capa de oscuridad en sus ojos que cubría sus dudas y lo hacía parecer muy inescrutable.
Luego se alejó a grandes zancadas. En ese momento sonó su teléfono celular.
Cogió el teléfono, frunció los labios y dijo con voz seria: “Está bien, dígale al señor Alberto que mañana llegaré puntual”.
Al día siguiente.
Se inauguró el Instituto de Investigación Médica en el suburbio sur. Los invitad

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