Capítulo 414
Las dos sirvientas que sujetaban a Renault sintieron su repentino peso muerto en lo que este se desplomó en el suelo sin más. Ni siquiera las dos sirvientas pudieron sostenerlo.
“¡Renault!”.
“¡Querido!”.
Los Conery, sorprendidos, se acercaron al hombre, apartaron a los sirvientas y lo ayudaron a levantarse.
Ellos le palmearon la espalda y le masajearon el filtrum mientras alguien le buscaba un vaso de agua caliente.
Toda la familia estaba angustiada y en pánico.
Al cabo de un rato, aunque todos estaban agotados, consiguieron que Renault no se desmayara.
Renault respiró aliviado, pero tan pronto vio el disgusto de Andrius en sus ojos, pensó en su verdadera identidad.
“Oh… oh…”. Los ojos de Renault se pusieron en blanco y casi se desmaya de nuevo.
Andrius no podía creer lo que veía, así que dijo sin emoción: “¿No eres un miembro de las fuerzas especiales de la zona de guerra sur? ¡Eres muy débil! ¿Qué hay de tus agallas? ¿No puedes verte más vivo? ¡Deja de desmayarte!”.
Andrius

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