Capítulo 53
No se supo qué había dicho el vicedirector David, pero el rostro de Bruno se veía grave y sombrío.
Después de colgar, llamó a Ignacio.
Ignacio, con una mano rota que le impedía jugar, estaba aburrido mirando videos, y al ver la pantalla con la llamada entrante, atendió con rapidez.
—¿Bruno, pasa algo?
La voz furiosa de Bruno estalló del otro lado.—¡Ignacio, mira lo que has hecho!
Ignacio, confundido, se incorporó asustado en la cama. —Bruno, ¿qué sucede? ¿Qué hice yo?
—Te pregunto, ¿quién te rompió la mano?
—¡Raúl!
—¿Y por qué te la rompió?
—Quién sabe qué locura le dio...
—¡Todavía intentas engañarme!
Bruno estaba muy enojado.
Cuando había llegado a casa y vio a Ignacio con el yeso colgando sobre el pecho, le preguntó preocupado qué había pasado.
Al enterarse de que había sido por un conflicto con un compañero, no indagó demasiado en el asunto y solo le aconsejó que tuviera más cuidado en el futuro.
Lo que no sabía era que el vicedirector David lo había llamado expresamente para conta

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