Capítulo 61

... En ese momento, el profesor Juan estaba dando clases particulares a Camila y Raúl. Era sábado, y se habían citado en una cafetería al aire libre para realizar una breve prueba secreta. Juan, al corregir con atención los exámenes, solo sentía que su corazón se llenaba de orgullo. ¿Quién decía que estos dos estudiantes eran tontos y, que eran unos completos inútiles? Ellos claramente eran genios, prodigios, hijos del cielo. ¡Había encontrado a buenos alumnos! Supuso que antes ambos habían estado ocultando su verdadero nivel, temiendo destacarse demasiado y enemistarse con los estudiantes de la nobleza. Pero ahora, después de que ocurrieron algunos incidentes desagradables, quizás habían comprendido la situación y ya no planeaban ocultar su talento. Sin querer, los miró con cierta compasión. No tenían un trasfondo familiar poderoso, y estudiar en una escuela de prestigioso resultaba sumamente difícil para ellos. Primero les habló de la importancia que los superiores le daban a esta co