Capítulo 275
Es un auténtico elogio, incluso un profano como yo puede entenderlo claramente, y también he podido apreciar la magia y la grandeza de nuestra medicina contemporánea gracias a las explicaciones de Valentín.
—¿Qué te ocurre? Pareces debilitado, como si hubieras hecho algo indebido. —Ana cambió de tema de forma abrupta, notando algo inusual en mí.
No en vano es especialista en ginecología, su capacidad de observación es notable. Logró discernir cuál era el problema y también el porqué.
Hice una mueca: —Estoy algo exhausto.
Ana abrió los ojos, sorprendida: —¿En serio? ¿Con quién?
Podía seguir la conversación hasta ese momento, pero la última parte sonaba algo confusa.
Miré a mi alrededor, afortunadamente no había nadie más, y mordiéndome el labio, pregunté: —Ana, ¿qué opinas?
Ana me observó pensativa durante unos segundos: —¿Adrián?
No lo negué, y Ana asintió antes de sacudir la cabeza: —No lo hubiera imaginado. Alejandro estuvo contigo durante diez años y no logró lo que Adrián, que lleg

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